Ya sea que lo dejemos en manos de un profesional o que nos decidamos a hacerlo nosotros mismos, pintar un ambiente del hogar requiere considerar tanto el color como el acabado de la pintura que elijamos. Esto último será fundamental para lograr el aspecto deseado en nuestras paredes y garantizar el nivel de lavabilidad ideal.
Sherwin-Williams ofrece acabados brillantes, semi brillantes, satinados y mates. Cada uno de ellos cuenta con características particulares que debemos considerar antes de comenzar con la tarea.
Los acabados brillantes proporcionan un brillo intenso y suave. Es perfecto para molduras de madera, armarios, puertas o cualquier área que deseemos destacar. Se trata también de una pintura más lavable que otras.
Un acabado semi brillante también es muy resistente y excelente para aquellas áreas que se limpian con frecuencia o tienen mayor probabilidad de atraer marcas de desgaste o manchas provocadas por el alto tráfico tales como: la cocina, el baño, sala familiar, vestíbulo o pasillo. También es ideal para el cuarto de los niños, un espacio en el que las marcas en la pared son una constante.
Por su parte, el acabado satinado aporta un brillo ligero por lo que es fácil de limpiar y ofrece el beneficio de ocultar imperfecciones de las superficies.
En el lado opuesto, contamos con los acabados mate que absorben la luz en lugar de reflejarla. Se trata también de un acabado ideal para ocultar imperfecciones. Se recomienda usarlo en dormitorios de adultos ya que son ambientes menos propensos a ser manchados.
En conclusión, la opción correcta dependerá del área de nuestra casa que estemos pintando. Para todos los tipos de acabados, Sherwin-Williams cuenta con una amplia variedad de opciones que se ajustan a diferentes superficies.